Photos: Miguel Valero

Diego del Morao: A Bridge Between Tradition and Innovation in Flamenco Guitar

Traducción al Español a continuacion

Diego del Morao, born Diego Moreno Jiménez in 1979 in Jerez de la Frontera, is widely regarded as one of the most influential and innovative flamenco guitarists of his generation. Son of the legendary guitarist Moraito Chico and part of the revered Morao family dynasty, Diego carries within his playing a deep-rooted connection to the flamenco tradition of Jerez—one of the cradles of cante and toque flamenco—while simultaneously pushing the boundaries of the art form into the 21st century.

From an early age, Diego was immersed in the flamenco culture of his hometown, absorbing the compás, the cante, and the familial sound that defined the Morao legacy. His father, Moraito Chico, was not only a major influence, but also a direct link to a lineage that includes greats like Manuel Morao, further solidifying Diego’s place in a flamenco tradition that values authenticity, soul, and rhythmic mastery.

What sets Diego del Morao apart, however, is not only his profound respect for the flamenco canon, but his ability to innovate within it. His playing is marked by an extraordinary rhythmic sensibility (compás), daring harmonic explorations, and a seemingly effortless sense of groove that has captivated both purists and modern audiences. He brings a fresh voice to the flamenco guitar without ever losing the thread of tradition—a rare and delicate balance.

At the moment Diego owns and has been performing with a spruce/cypress Flamenco Blanca that I made last year in 2024. A lot of people ask me how I met Diego, and it’s actually a nice story. At that moment in 2023, Diego was looking for a guitar and he tried one of mine, along with many others, at Solera Flamenca. That day they had an amazing selection of all the best guitars, Domingo Esteso, Manuel Reyes, Marcelo Barbero, Arcangel Fernandez, Hermanos Conde, Lester Devoe, and many others, both modern and vintage. We sat together for hours at Solera while Diego played them all, and described the strengths and weaknesses of each with regard to his playing style. It’s hard to describe how much I learned that day. Needless to say, if Diego was on the hunt for a new guitar, it became my personal mission in life to make one that he would want to play.

Diego’s playing is unique and demanding of an instrument in ways that I can only hope to begin to understand. But that is the true work of a luthier - to interpret the needs of a player, in terms of sound and playability, into an actual instrument that meets his or her needs. So I went home to give it a shot. The first try wasn’t quite it, nor was the second. But when I first strung-up the third, I knew I had something special that at least I could feel confident enough to show him. So I sent it off, and he told me he would play it for a while and let me know what he thought. After about three months he called me to say he loved it. He has been playing it ever since. Diego likes to play different guitars and I can’t expect he’d play it forever, but for now, it seems like a match. I recently made a rosewood version for him to try, and I have to say that watching his face light up as he discovered it was a deeply humbling and satisfying moment. Below you can see videos of him playing these guitars.

Diego del Morao, nacido como Diego Moreno Jiménez en 1979 en Jerez de la Frontera, está ampliamente considerado como uno de los guitarristas flamencos más influyentes e innovadores de su generación. Hijo del legendario guitarrista Moraito Chico y parte de la respetada dinastía familiar de los Morao, Diego lleva en su toque una conexión profundamente arraigada con la tradición flamenca de Jerez—una de las cunas del cante y del toque—al mismo tiempo que impulsa los límites del arte flamenco en pleno siglo XXI.

Desde muy joven, Diego se empapó de la cultura flamenca de su ciudad natal, absorbiendo el compás, el cante y ese sonido tan característico de su familia que define el legado de los Morao. Su padre, Moraito Chico, no solo fue una influencia fundamental, sino también un vínculo directo con una estirpe que incluye a grandes como Manuel Morao, consolidando aún más el lugar de Diego dentro de una tradición que valora la autenticidad, el alma y la maestría rítmica.

Lo que distingue a Diego del Morao no es solo su profundo respeto por el canon flamenco, sino su capacidad para innovar desde dentro de él. Su toque destaca por una sensibilidad rítmica extraordinaria, una valentía armónica poco común y un sentido del groove que parece surgir sin esfuerzo—cautivando tanto a los puristas como al público más moderno. Aporta una voz fresca y contemporánea a la guitarra flamenca, sin perder nunca el hilo de la tradición, algo realmente difícil de lograr.

Actualmente, Diego posee y toca una guitarra flamenco blanca de abeto y ciprés que construí el año pasado, en 2024. Mucha gente me pregunta cómo llegué a conocer a Diego, y la verdad es que es una historia muy bonita. En aquel momento, Diego estaba buscando una guitarra, y probó una de las mías—junto con muchas otras—en Solera Flamenca. Ese día tenían una selección impresionante de guitarras de los mejores constructores: Domingo Esteso, Manuel Reyes, Marcelo Barbero, Arcángel Fernández, Hermanos Conde, Lester Devoe, entre muchas otras modernas y actuales. Pasamos horas juntos en Solera mientras Diego las iba probando una por una, comentando con todo detalle los puntos fuertes y débiles de cada una según su estilo de toque. Es difícil expresar cuánto aprendí ese día. Basta con decir que, al ver que Diego buscaba una guitarra nueva, se convirtió en mi misión personal en la vida hacer una que él realmente quisiera tocar.

El toque de Diego es único y plantea exigencias al instrumento que yo solo puedo empezar a comprender. Pero ese es precisamente el trabajo de un luthier: interpretar las necesidades del guitarrista—en cuanto a sonido y comodidad—y traducirlas en un instrumento que se ajuste a esas expectativas. Así que me volví a casa dispuesto a intentarlo. El primer intento no fue del todo; el segundo, tampoco. Pero cuando encordé la tercera, supe que tenía algo especial, algo que al menos me daba la confianza de mostrársela. Así que se la envié, y él me dijo que la probaría un tiempo y luego me daría su opinión. Al cabo de unos tres meses, me llamó para decirme que le encantaba. Desde entonces, la ha estado tocando.

A Diego le gusta tocar guitarras diferentes, y no puedo esperar que toque la mía para siempre, pero de momento, parece que hay una conexión. Recientemente construí una versión en palosanto para que la probara, y debo decir que ver cómo se le iluminaba la cara al descubrirla fue un momento profundamente humilde y gratificante. Aqui puedes ver vídeos de Diego tocando estas guitarras en su casa.